
El códice fue descubierto por Lorenzo Boturini hacia 1740, en una ermita de la jurisdicción de Huamantla, Tlaxcala; zona de influencia otomí, por ello y por su contenido es probable que haya sido elaborado por otomíes. Según Luis Nava Rodríguez fue el Barón Alexander von Humboldt en 1803 quien compra en una venta de manuscritos perteneciente a Antonio León y Gama los dos fragmentos conocidos como Fragmentos Humboldt, quien los presenta en 1806 a la entonces Biblioteca Real de Berlín. Se tiene referencias que varios fragmentos del Códice de Huamantla fueron presentados junto con otros manuscritos mexicanos en una exposición en Londres en 1824 y un año antes William Bullock figuraba como propietario.
Carmen Aguilera, investigadora adscrita a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia comenta: "Es notable la correspondencia estilística con el arte de los nahuas del Posclásico Tardío y el siglo XVI. Se advierten diferentes manos en su elaboración y tal vez diferentes etapas. Algunos aspectos iconográficos, sin embargo, hablan de la invasión española: conquistadores, un sacerdote, etcétera. Otros elementos nos permiten acercarnos a la religión de los otomíes de la zona tlaxcalteca. También tiene aspectos históricos, especialmente guerras, así como cartográficos, incluyendo elementos de la flora y la fauna de la región referida. Tiene algunas breves glosas en náhuatl, en una tinta distinta a la de los signos pictóricos. Los sitios están escritos con glifos a la manera antigua y, a su vez, se observan glosas que identifican lo mismo. Esto se debió a que los cronistas españoles no podrán mostrar el significado de los lugares mediante iconos, por lo tanto, los nombres aparecen en lengua náhuatl y no en otomí".
El tema que predomina en el códice es la guerra, ya sea entre los propios naturales y de naturales contra españoles, pero sobre todo el motivo principal de este documento es conservar y divulgar la historia de un grupo de otomíes en su peregrinación desde lo que hoy es el Estado de México en su marca hacia el oriente hasta establecerse en Huamantla, Tlaxcala. Dicho documento posiblemente fue elaborado por los naturales de Tlaxcala por indicaciones de los clérigos del lugar para así reconstruir y conservar parte de la memoria escrita que fue destruida al inicio de la Colonia. Se atribuye a fray Pedro Meléndez que el códice haya sido pintado, pues el fraile gozaba de excelente aceptación entre los otomíes.
Por la importancia y valía del documento, en 1997 fue inscrito por la UNESCO en el Registro de la Memoria del Mundo.
Agradezco la colaboración del cronista del municipio de Huamantla Don José Hernández Castillo, al proporcionarnos estos datos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario