viernes, 7 de enero de 2011

TIENE HUAMANTLA, EL CÓDICE OTOMÍ, MÁS GRANDE DEL MUNDO.

La Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), que posee una de las colecciones de códices más grande del mundo, editó en discos interactivos el Códice de Huamantla (que es el testimonio pictográfico más grande del mundo), como uno de los primeros trabajos de un conjunto llamado "Códices de México", que constará de ocho títulos.


La edición de los discos compactos interactivos ha generado gran interés a nivel internacional por su valor histórico, y por primera vez se pone al alcance del público en general con un lenguaje accesible, el conocimiento sobre la interpretación de estos documentos que reconocidos investigadores han estudiado por varias generaciones.


"A pesar de que se trata de un trabajo con derechos reservados de autor, cualquier ciudadano puede realizar la consulta del material digitalizado del Códice de Huamantla en la presidencia municipal".


"Parte de la digitalización de los códices originales que resguarda la BNAH se realizó en 2005, cuya labor culminó después de seis años de trabajo, y eso permite que ahora puedan consultarse sin necesidad de manipular los originales que se encuentran bajo condiciones adecuadas de temperatura y humedad en una bóveda".

Esos documentos, que fueron creados antes de la invención de la imprenta -la mayoría de ellos correspondientes a la época del contacto, es decir, en el siglo XVI-, abordan temas variados; hay de tipo calendárico, genealógico, jurídico y cartográfico, entre otros.


La elaboración de estos códices se hizo sobre papel amate, piel, tela de algodón y papel europeo, y han sido objeto de rigurosos estudios por investigadores abocados a descifrar los secretos que guardan.


El proyecto impulsado por la BNAH y la Coordinación Nacional de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para la presentación en el formato multimedia de este acervo documental, es resultado también de la labor de muchos especialistas, entre ellos figuran historiadores, digitalizadores, informáticos, diseñadores y editores, para sintetizar en un disco el resultado del estudio científico y sistemático que se ha hecho sobre el códice.

El Códice de Huamantla es de contenido cartográfico-histórico y consta de nueve fragmentos: siete se conservan en la Sala de Códices de la BNAH en México y dos en la Biblioteca Estatal de Berlín, en Alemania.


De acuerdo a los comentarios de la historiadora Carmen Aguilera, fue pintado por los otomíes en el siglo XVI, y destaca por su soporte de tiras de papel amate, dado su gran formato.


"Originalmente era un rectángulo que medía poco más de ocho varas de largo por cuatro varas de ancho, es decir 8.50 x 1.90 metros, que daban un total de 12.50 metros cuadrados, extensión considerable en papel amate grueso", citó.

Este documento cuenta la larga peregrinación que emprendió un grupo de otomíes desde el estado de México hasta el actual estado de Tlaxcala, primero a su lugar de asentamiento en Huamantla y luego su expansión a otros lugares, algunos ubicados en lo que ahora es Puebla.


A propósito de la edición de la serie de códices en discos compactos, entre estos el de Huamantla, labor que realiza la BNAH del INAH en la preservación de los documentos que resguarda es de gran valía.


"Es un trabajo excelente, ya que permite que documentos, la mayor parte de las veces inaccesibles al público, puedan presentarse de forma interactiva, sobre todo, que puedan conocer mayores detalles sobre los documentos cartográficos e históricos a un precio accesible, ya que cada disco tiene un valor comercial de 35 pesos en cualquier librería y tiendas del INAH".


La biblioteca del INAH es la más completa en su ámbito en toda Latinoamérica, ya que resguarda códices, manuscritos coloniales, periódicos del siglo XIX, obras de diferentes órdenes religiosas, libros raros, incunables, revistas especializadas, planos, mapas, testimonios sonoros de personas que vivieron durante la Revolución de 1910, así como investigaciones actuales que son huella de la historia de México.


Su acervo está integrado por diferentes colecciones, entre ellas destaca el fondo de Testimonios Pictográficos o Códices que, sin duda, es el más representativo de la biblioteca integrado por 98 originales y 318 copias antiguas. "Tal es su riqueza temática que dicho acervo es uno de los más importantes en el mundo, y en 1997 fue inscrito por la UNESCO en el Registro de la Memoria del Mundo".

Para la preservación de tan valiosos documentos, en 1992 surgió el proyecto denominado Conservación del Acervo de Testimonios Pictográficos, que contempla en sus líneas de acción la conservación de la colección por medio de su digitalización en alta resolución, y la investigación y estabilización de los materiales de manufactura de los documentos, sea papel amate, europeo, piel o tela de algodón.


El proceso de digitalización proporciona a los usuarios y a la misma BNAH, varias ventajas que se relacionan principalmente con la preservación de los documentos y el mejoramiento de las condiciones en las que se consultan.


Como El Códice de Huamantla que se encuentra en varios fragmentos, puede crearse una reconstrucción de cómo pudo haber sido el original, misma que permite observar sectores a detalle, tanto iconográficos y del soporte, como de fibras y tramas.


"Como resultado de las conferencias y los catálogos de los documentos mencionados, es posible que el público en general pueda acceder al amplio universo de información que resguarda en sus imágenes este tipo de testimonios pictográficos, los cuales dan cuenta de aspectos religiosos, sociales, culturales y en general de la cosmogonía de las antiguas culturas"

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